Cerca de 700.000 habitantes y uno de los centros históricos más grandes de Europa.
¿En qué estado está?
Dividido
Por una parte contamos con la zona turística del casco sur y la alameda, y por otra la zona residencial del casco norte.
Al este de la Alameda de Hércules encontramos una parte de la ciudad envejecida y olvidada. Hace pocos años era una zona de prostitución y droga. Hoy en día encontramos una población humilde tratando de salir adelante. Con un 20% de tasa de paro, infraviviendas y personas sin hogar por las calles, sorprende que en este barrio florezcan negocios modernos y creativos. Los jóvenes vienen a vivir aquí porque es la zona más barata del centro y las calles se comienzan a activar.
Casas okupa, centros sociales, mercados de trueque, etc. demuestran que es una zona viva donde las personas con dificultades buscan maneras alternativas de sobrevivir.
Sin embargo sigue siendo una zona con grandes necesidades.
Las necesidades de educación, sanidad y deportivas están cubiertas con equipamiento.
Además de esto encontramos talleres de artesanos en varios puntos (Pasaje Mallol, Rompemoldes...)
No obstante hay una gran falta de espacio público, sobre todo ajardinado. Las plazas son inhabitables en su mayoría y los únicos espacios verdes cercanos son la Alameda y los Jardines de Murillo.
Para las personas sin recursos que habitan aquí (actualmente en Sevilla hay 800 personas sin vivienda) es necesario crear nueva vivienda asequible y equipada, así como lugares de integración y trabajo. Se puede fomentar la actividad económica del barrio con la construcción de nuevos locales y talleres, así como la integración y convivencia con la creación de espacio público de calidad.
En resumen se propone la construcción de viviendas sociales en la parcela 40 de la calle San Luis, uno de los mayores vacíos del barrio.
Las viviendas se integrarán a su vez con talleres, locales para diversas actividades y espacio libre público. Además será necesario dotar de aparcamiento este lugar, tanto para los residentes como para demás vecinos, de esta manera podría alquilarse y resultar más rentable. Con esto se pretende que este lugar sea un punto de confluencia para personas con diferentes necesidades.
Se necesitan tres tipos diferentes de vivienda, en función de la precariedad de las personas que las van a habitar.
- Viviendas estables para personas que quieran establecerse allí;
- Viviendas sociales de bajo costo, con zonas comunes y usos compartidos;
- Viviendas sociales para personas en situación de emergencia, mínimas y temporales.
Éstas últimas deben ser integradas en el conjunto para que se nutran de la comunidad, las personas se beneficien de los usos comunes, formen parte del vecindario y no acaben formando un gueto en las afueras.
Aparte de todo esto, quiero realizar un experimento constructivo. Quiero investigar la posibilidad de construir las viviendas en una fase posterior al resto del proyecto. De esta manera tendríamos un espacio público activo y amplio.
¿Por qué? Para ver si es posible contar con un lugar de uso público para la ciudad, el cual pueda ser edificado con viviendas si es necesario. Esto no sería necesario en Sevilla, pero sí podría ser interesante de aplicar en otros núcleos urbanos.
La ciudad es un organismo vivo, ahora mismo los cambios sociales son rápidos y la construcción es lenta. Las ciudades apenas tienen capacidad de reacción inmediata ante imprevistos (desastres, olas de inmigración, etc.) y la regeneración de zonas degradadas es costosa.
Con este proyecto apuesto por una ciudad más contemporánea, más flexible y adaptable.
Además de una ciudad energéticamente eficiente, apostando por el autoabastecimiento de energías renovables, el cual es posible con la tecnología actual.
Una ciudad coherente, limpia y accesible a todos.
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